Loyola explicita,
se burla, y se expone continuamente a la opinión pública, sus performances
interpelaban la conciencia cívica ante los hechos sociopolíticos que increpaba
con sus acciones.
Si bien sus acciones nos colocan
ante personajes públicos, como ministros y presidentes, las razones por las
cuales fue apresado en su momento, fue por el uso de la bandera nacional dentro
de su discurso artístico, utilizado con la libertad que en nuestra actualidad
es cotidiana. De 1983 a 2013 se ha invertido la situación, ahora no existe
restricción en el uso del símbolo patrio, pero las imágenes de los empleados
públicos de la alta gerencia: presidentes, ministros y jueces, son intocables,
inclusive venerables. Expresar opiniones adversas y controversiales a estas
figuras y sus conductas, en el desempeño como empleados públicos, eso sí puede
acarrear represalias judiciales y penales.
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